El clima soleado, con vientos refrescantes moviendo los árboles y hierbas, acompañaba a los hermanos Starwind, quienes estaban a unos pasos de entrar al bosque prohibido de la aldea donde vivían.Kai reía y saltaba, preguntando a su hermano qué harían hoy. Ash, con los brazos apoyados en la cabeza y una sonrisa despreocupada, solo pensaba en encontrar más monstruos para probar su fuerza.
¿Qué sucedió exactamente con Yuki, ahora llamado Ash Starwind?Como ya sabemos, tomó la decisión de investigar todo sobre el nuevo mundo en el que se encontraba, para luego tratar de descubrir cómo llegó allí, y si existía algún dios que lo hubiera traído. Si ese fuese el caso, ¿por qué a él? Muchas preguntas por responder, al igual que la posibilidad de encontrar una forma de regresar a su antiguo mundo.
Desde bebé conservaba el pensamiento de un adolescente, pues al morir renació con todos sus recuerdos. Aunque la edad no le permitía hablar, trataba de comunicarse con gestos o acciones para pedir comida, ir al baño o cuando necesitaba que le cambiaran los pañales.Siempre le resultó extraño ver a su hermano comportarse de una manera inusual. En su mundo, los niños eran apegados a sus madres. A diferencia de eso, Kai parecía no importarle estar solo: nunca hizo berrinches ni lloró para pedir algo.Era callado, serio desde su nacimiento, pero poco a poco Ash dejó de darle importancia y se enfocó en observar todo lo que lo rodeaba: los paseos por la aldea, la siembra de arroz y otros vegetales, las frutas, y las historias que su madre le contaba antes de dormir.Todo parecía sacado de los mangas y animes que él miraba en su mundo: magia, poderes, fuerza sobrehumana en algunos, y variedad de especies que antes solo podía ver a través de una pantalla o un libro.
—Si estoy en un mundo donde la magia existe, donde hay criaturas extrañas... ¡eso quiere decir que yo debería tener superpoderes! —pensó Ash, lleno de alegría, sacudiéndose de un lado a otro.Su madre lo miró confundida, asustada al principio, pero al instante cambió su expresión y terminó riendo de su hijo.
Al cumplir los siete años, esos "poderes" de los que hablaba jamás despertaron... a diferencia de su hermano, quien ya portaba el elemento agua, lo que le permitía curarse a sí mismo.Aunque Ash creía que tarde o temprano despertaría su don, nunca se sintió inferior ni dejó que eso lo afectara.Su padre, Ragnar Starwind, los entrenaba con rigor: les enseñó resistencia física, artes marciales, una buena esgrima, meditación y autocontrol.Claro, hacía una excepción en el manejo de energía, ya que entre los hermanos, solo Kai había despertado su elemento, mientras que Ash, hasta el momento, nada.
Un día, tras leer muchos libros de este mundo y las fantásticas historias de los héroes, Ash se entusiasmó tanto que le pidió a su hermano que lo acompañara al bosque prohibido.¿Por qué exactamente ese lugar tan peligroso? Fue la primera pregunta que Kai le hizo, a lo que Ash, sin responder, simplemente le rogó que fueran.Era su hermano, lo quería mucho, y después de pensarlo varias veces, Kai accedió.
Ash había elegido el bosque prohibido porque en uno de los libros que leyó se mencionaba que existían lagos sagrados protegidos por dioses.Estos seres, según las leyendas, eran amables y otorgaban bendiciones. Ash no dudó: quería probar si era verdad o, al menos, comprobar qué había de especial en aquel bosque tan temido.
Tras varias horas caminando, Kai estaba aburrido y comenzaba a tener un mal presentimiento por el ambiente sombrío. Todo el tiempo le repetía a su hermano que debían regresar a casa.De vez en cuando se topaban con animales salvajes, y preferían esconderse hasta que se alejaran para poder seguir adentrándose a lo profundo del bosque prohibido.
—Claro... el estúpido fui yo por creer en ese estúpido libro. Kai tiene razón. Es mejor regresar... —pensaba Ash, golpeando piedras en el suelo con frustración.
De pronto, su hermano lo sacudió con fuerza. Ash reaccionó empujándolo para preguntarle qué le pasaba, pero al verlo en el suelo, asombrado y señalando con el dedo índice detrás de él, se giró y también quedó boquiabierto:Un enorme lago se extendía ante ellos, su superficie brillando bajo el sol como un espejo de plata.
La felicidad recorrió todo su cuerpo.¡Era verdad!La historia era cierta.Solo tenían que buscar al dios que protegía el lago.
—¡ERA VERDAD, ERA VERDAD! ¡KAI, AYÚDAME A BUSCAR A LA DIOSA DE ESTE LAGO! —gritó Ash, corriendo emocionado mientras intentaba rodear la orilla.
—¿De qué hablas, hermano...? ¿Qué diosa? —respondió Kai, rascándose la cabeza, caminando a su ritmo para tratar de entender lo que su hermano delirante decía.
Pasaron bastante tiempo buscando a la supuesta diosa que protegía el lago, pero sin éxito.Kai, ya exhausto, se agachó, tomó un sorbo de agua y se sentó a descansar, lanzando miradas de confusión hacia Ash, como diciéndole: "¿A quién buscas? ¿Quién es esa diosa? ¿Podemos irnos ya?"
Ash, lleno de decepción, recordaba lo que decían los libros... y a la vez, las historias que su madre le contaba cada noche antes de dormir...
Morgana contaba que, en este mundo, al nacer obtenías un elemento. Si tu sangre llevaba el legado de un linaje de prodigios, podías portar más de dos elementos.También existían quienes nacían sin ningún elemento...
Y justo cuando Ash estaba a punto de recordar los dos elementos más temibles, sintieron una vibración muy poderosa.Ambos hermanos se paralizaron, asustados. Ash se quedó quieto, temblando; le costaba respirar. Kai, en cambio, se levantó muy lentamente.
Dentro del lago podían verse dos enormes ojos rojos y una sombra gigantesca, observándolos.Kai, al mover un pie, hizo que dos piedras chocaran, generando un leve sonido... suficiente para que el monstruo del lago saliera velozmente, queriendo devorar a quien tenía más cerca: Kai.
Sin dudarlo, el instinto de supervivencia de ambos los impulsó a correr con todas sus fuerzas.Kai dio un salto altísimo, esquivando el primer ataque, y aterrizó ágilmente sobre las ramas de un árbol.Sin detenerse, siguió saltando de rama en rama para alejarse, aunque la serpiente era rápida y destruía todo a su paso mientras lo perseguía.
Ash, en cambio, era más lento. Tuvo suerte de que no fue su presa principal... o eso creyó.De repente, la cola de la serpiente lo golpeó violentamente, lanzándolo contra un árbol. Ash escupió sangre y quedó cojeando.Con toda la adrenalina posible, se puso de pie y comenzó a correr a trompicones, buscando dónde esconderse mientras esquivaba tanto la cabeza como la cola del monstruo.
Kai seguía huyendo.Arrancaba ramas filosas de los árboles y las lanzaba hacia la serpiente, intentando dañar sus ojos, pero apenas lograba ralentizarla.La criatura, enfurecida, intentó devorarlo de un solo bocado.Kai, ágil, saltó encima de su cabeza y corrió a toda velocidad por el cuerpo de la bestia.Aunque la serpiente se sacudía violentamente para hacerlo caer, Kai lograba mantenerse firme... hasta que la cola del monstruo lo golpeó también, lanzándolo muy lejos.
Cayó pesadamente en el suelo, herido, y pensó que todo había terminado.
La serpiente comenzó a golpear con su cola alrededor suyo, levantando grandes nubes de polvo, causando estruendos que hacían volar a las aves por todo el bosque.Con movimientos lentos pero seguros, el monstruo se acercó para devorarlo.
Kai, débil, solo podía mirar el cielo.Aceptó su destino en silencio, deseando que, al menos, su hermano hubiese escapado.Al ver a la bestia abrir su boca frente a él, cerró los ojos y se resignó.
Fue entonces que escuchó un grito desesperado:
—¡¡¡CUIDADO!!! —gritó Ash.
Ash había llegado, escondiéndose bajo la serpiente.Y justo en ese instante, un oso enorme emergió de entre los arbustos y mordió violentamente a la serpiente.
El monstruo reaccionó de inmediato, enroscándose para atrapar al oso, pero este no se dejó vencer: con sus garras y mandíbulas, siguió desgarrando las escamas de su enemigo, iniciando una brutal batalla entre ambos.
Aprovechando el caos, Ash cargó a Kai sobre sus hombros y comenzaron a huir.Sin embargo, la cola de la serpiente volvió a atacarlos, moviéndose a gran velocidad.Kai, aún medio herido, reaccionó a tiempo, empujando a Ash y logrando que ambos cayeran al suelo justo antes de ser aplastados.
El alboroto atrajo más bestias.De los altos arbustos surgieron manadas de lobos, rodeándolos lentamente, gruñendo.
—¿¡Qué hago, qué hago, qué hago!? ¡Piensa, piensa, piensa, piensa! —se repetía Ash en su mente, desesperado, viendo a Kai regenerarse lentamente.
—Hermano... yo los distraigo. Tú escapa... —murmuró Kai, valiente pero débil.
Pero antes de que pudieran moverse, los lobos se lanzaron hacia ellos.Kai, en un reflejo instintivo, se cubrió con ambos brazos... y creó una barrera de agua que bloqueó los primeros ataques.
Ash, gritando con todas sus fuerzas, sintió que el suelo bajo sus pies temblaba... y lo transformó en arena movediza, atrapando a algunos lobos.
Ambos quedaron en shock por lo que acababa de suceder.
Las heridas de Kai sanaban más rápido. Ash, por su parte, sentía una conexión con el suelo, entendiendo de forma innata cómo manipular la tierra.No hicieron falta palabras: se miraron a los ojos, y eso bastó para entenderse.
Kai corrió hacia los lobos, esquivándolos con facilidad, golpeándolos uno tras otro con patadas certeras.Ash, mientras tanto, controlaba el terreno, enterrándolos o dificultando su movimiento con la arena.
Recordaba las palabras de su madre:
"Fuego, Agua, Tierra, Rayo, Viento, Hielo... Cada elemento tiene un uso único, o eso se decía.Pero existen dos elementos más, raros y temidos: Luz y Oscuridad.Aquellos que los portaban traían catástrofes y muerte por donde pasaban..."
—¡¡¡HERMANO!!! —gritó Ash.
Su cuerpo, desbordado por la energía, activó otro elemento: el Rayo.Con una velocidad explosiva, llegó a tiempo para salvar a Kai de ser aplastado por la serpiente.
Kai, aprovechando su recuperación, creó una bola de fuego en su mano, la potenció con agua, y la lanzó hacia el oso que se acercaba peligrosamente por detrás.
Ambos saltaron hacia atrás, posicionándose, observando detenidamente a su alrededor.
Ya no solo enfrentaban lobos.
Ahora... dos monstruos titánicos los tenían en la mira.
Aquí vemos de lo que son capaces los hermanos Starwind, y el por qué se les considera prodigios.Ash, tras años de leer libros y estudiar cada elemento, sabía más o menos cómo funcionaban, añadiendo además el conocimiento de su mundo anterior, lo que le facilitaba adaptarse rápidamente a los elementos que había despertado.A diferencia de Kai, que siendo de este mundo, poco se dice que fue capaz de adaptarse al instante, igualando el ritmo de su hermano.
Ash creó una jaula de tierra para encerrar a los lobos, y al mismo tiempo formó una barrera de púas para abrir un camino de escape.Kai, por su parte, incendió los árboles alrededor para evitar que los lobos pudieran seguir su rastro por el olfato.
La serpiente, implacable, aplastó la jaula junto con los lobos atrapados en su interior.El oso, con un solo zarpazo, destruyó a los demás lobos, y ambos monstruos comenzaron a perseguir a los hermanos.
Mientras huían, Kai despertó su elemento Rayo, comenzando a correr al mismo ritmo que Ash.La serpiente intentó rodearlos, creando una emboscada para que el oso pudiera atacarlos con libertad.Ash y Kai no podían creer lo que veían: aquellos monstruos eran increíblemente inteligentes.
Ash reaccionó de inmediato, enterrando al oso en el suelo, mientras Kai le lanzaba una bola de fuego seguida de un golpe directo en la trompa, haciéndolo retroceder y hundirse aún más fácilmente en la arena movediza.
Desde el suelo, Ash invocó una púa gigante que atravesó el cuerpo de la serpiente.Kai, aprovechando su velocidad, se lanzó directo hacia los ojos de la bestia e intentó quemarlos.Sin embargo, recibió un cabezazo brutal por parte de la serpiente, que lo lanzó varios metros atrás.
Ash corrió rápidamente y logró atrapar a su hermano antes de que impactara contra el suelo, ayudándolo a ponerse de pie.Sin perder tiempo, ambos siguieron corriendo hasta finalmente salir del bosque prohibido.
Ese era el límite de los monstruos:Se quedaron mirándolos desde lejos, observándolos fijamente, hasta desaparecer entre los árboles.
Ya a salvo, Ash y Kai se desmayaron metros más allá, exhaustos.Fueron encontrados por una mujer que, al verlos en ese estado, corrió a pedir ayuda.
Cuando despertaron, no dijeron nada.Ambos estaban completamente curados de sus heridas, aunque sus ropas estaban destrozadas.
Se miraron... y simplemente se rieron de felicidad.
Desde entonces, el vínculo entre los hermanos se volvió indestructible, y cada día iban a entrenar al bosque.Hasta el día de hoy, no volvieron a encontrarse con aquellos dos monstruos.
Regresando a la actualidad...
Los hermanos ya habían entrado al bosque prohibido, con la emoción de querer encontrar más monstruos para probar su fuerza.De repente, escucharon voces.Sin saber quiénes eran, decidieron acercarse y espiar.
Entre los arbustos, vieron a un grupo de cazadores, cargando lobos y jabalíes hacia su carruaje, mientras se reían y decían:
—Esta carne vale mucho. Es exótica. ¡Nos haremos ricos!
Ash, con una sonrisa desafiante, susurró a su hermano:
—¿Quieres probar nuestro entrenamiento con ellos, Kai?
Kai, apretando los puños con rabia, respondió:
—Malditos... Claro que sí, hermano.—Ahora... verán.